El Instituto Navarro de la Juventud (INJ) ha organizado un campo de voluntariado en colaboración con la Dirección General de Medio Ambiente destinado al desarrollo de trabajos de mantenimiento de infraestructuras del Parque Natural Urbasa-Andia, en el que participan 25 jóvenes procedentes de seis comunidades autónomas.
Al mismo tiempo que se colabora con los y las gestores en el cuidado del espacio natural protegido, “el campo pretende mostrar los valores naturales y culturales de la comarca, fomentar las nuevas relaciones sociales entre las personas participantes y despertar el interés de la población joven por alternativas sanas de ocio”, indican desde Juventud.
Los y las jóvenes voluntarios tienen entre 15 y 17 años y provienen de Andalucía, Aragón, Cantabria, Cataluña, La Rioja y Navarra. Esta mañana, el director gerente del INJ, Carlos Amatriain, ha visitado el campo acompañado por todos ellos, con quienes ha recorrido parte de uno de los senderos que han acondicionado.
Además de mejorar y preservar el espacio natural, el objetivo de este campo de voluntariado es “proporcionar a los y las participantes un espacio integrador, sin exclusiones, donde se trabajen valores como el conocimiento y convivencia entre iguales, el intercambio de experiencias, el trabajo en equipo, el desarrollo físico y emocional de los y las participantes y la asunción de valores de paz, igualdad, solidaridad, ecología y respeto a todas las culturas”, han explicado.
En ese sentido se desarrollan actividades lúdicas como yincanas, dinámicas de grupo, talleres de cocina local y de fotografía, “herri kirolak” o una visita a la Reserva Natural del Nacedero del Río Urederra, entre otras. El campo es un espacio de colaboración en el que las personas voluntarias tienen la oportunidad de desarrollarse personalmente y compartir una experiencia con gente diferente a su entorno habitual. Por otra parte, este programa busca acercar a los y las participantes el conocimiento del patrimonio histórico, cultural y natural de esta parte de Navarra.
El grupo de voluntarios es “una pequeña familia”
Adrián Purroy es un joven voluntario de Huesca que forma parte del grupo que trabaja en este campo de voluntariado. Destaca la “pequeña familia” que han formado, algo que le ha ayudado a desconectar de su rutina: “Estamos todos muy unidos y el ambiente es increíble, a 400 kilómetros de casa, esto te ayuda muchísimo”.
El primer día fue de carácter introductorio, de toma de contacto con el entorno, y sirvió para preparar los grupos de trabajo, que cada dos días cambian de tarea en el parque natural. La primera labor de Adrián ha sido la de limpiar una cenefa destinada a invidentes, por lo que su labor es doble: “Ayudar al medio ambiente y, al mismo tiempo, a personas que lo necesitan, hace que la satisfacción sea aún mayor”.
El joven cuenta cómo, además de la tarea del campo de voluntariado, el grupo realiza actividades lúdicas que les han ayudado a desconectar, como una yincana en los alrededores del Albergue Juvenil de Alsasua, en el que se hospedan. Adrián destaca que, en el contexto de la pandemia por la COVID-19, poder realizar escapadas de este tipo es muy necesario: “Los meses desde el inicio de la pandemia nos han creado una rutina monótona y salir de ahí es muy necesario, por lo que estoy muy contento de haber venido”.
Paula García es otra de las participantes. La joven, procedente de Málaga, coincide con Adrián en lo divertido de las actividades: “Hacemos muchos juegos en el tiempo libre, con los y las monitores que son como madres para nosotros”. También señala el buen ambiente del grupo, en el que todos y todas están muy integrados.
La tarea de su grupo para estos días ha sido mantener la señalización de los senderos e infraestructuras de uso público en el entorno de Morterutxo y Bioiza. Paula destaca el entorno de la Sierra de Urbasa, en el que disfrutan de la flora y de la fauna y también han realizado excursiones: “Visitamos un barranco que me pareció espectacular, hemos visto varios animales salvajes…, donde yo vivo no tenemos tanta superficie verde y trabajar en este entorno es increíble”.
Este campo de voluntariado juvenil de Urbasa es uno de los seis que este verano impulsa el Instituto Navarro de la Juventud (INJ) en todo el territorio foral.