Las personas con discapacidad reciben en Navarra un 22,4% más de prestaciones y servicios respecto a las que les prestaba la administración foral en 2015, mientras el número de personas con discapacidad ha aumentado un 12,4%. En números absolutos, el Gobierno de Navarra ha aumentado en cinco años su cartera de servicios de 16.965 a 20.766 prestaciones o servicios.
Esta es una de las principales conclusiones que recogen el Primer Informe sobre la Discapacidad en Navarra 2020 que ha elaborado el Observatorio de la Realidad Social del Departamento de Derechos Sociales. Un trabajo cuyos principales resultados han sido presentados este miércoles por la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu y el director general del Observatorio de la Realidad Social de Navarra, Luis Campos.
Otro dato destacable es que, del conjunto de prestaciones y servicios, el que ha sufrido un mayor incremento ha sido el Servicio de Atención Temprana dirigido a niños y niñas de 0 a 3 años y a sus familias, el cual ha crecido en un 89,2%, pasando de 546 niños y niñas atendidas en 2015 a 1.033 en 2019.
En cuanto a los servicios residenciales y de atención diurna, el crecimiento en estos años ha sido del 9%, pasando de las 1.630 personas atendidas a las 1.774. Por lo que respecta al servicio de valoración y orientación laboral, se ha dado también un incremento importante, un 20,9%, al igual que en el servicio del transporte adaptado, con un crecimiento del 40% en los últimos años.
Respecto al conjunto de prestaciones económicas, cabe destacar que el crecimiento durante los últimos años ha sido del 13%, hasta superar las 2.000 personas que en la actualidad percibe alguna prestación. Igualmente, entre 2015 y 2020 el incremento medio de plazas autorizadas ha sido del 16,7%. En el caso de plazas residenciales y de centros de día, el crecimiento ha sido algo superior, del 20%, situándose en un 1,8% para las plazas en Centros Ocupacionales, y en un 12,7% para las plazas de enfermedad mental.
Pese a esta mejora generalizada en las prestaciones y servicios de los últimos años, hay que señalar que durante el año 2020 se produce un retroceso provocado por la pandemia, del que en el año 2021 ya se está recuperando. Así, durante 2020, el número de prestaciones y servicios disminuyó un 6,5% (ante el cierre de determinados servicios por la pandemia) del que en 2021 ya se ha recuperado y que se verá reflejado en el informe del próximo año.
Con fecha de 31 de diciembre de 2020, 34.774 personas tienen reconocida en Navarra una discapacidad igual o superior al 33% en Navarra son, 12,5% más que en 2015.
Los hombres son mayoría, con un 54% del total, el 69,1% presenta una discapacidad de tipo física, el 41,8% tiene un grado de discapacidad entre el 33% y el 44%, el grupo de edad de entre 45-64 años es el mayoritario, con el 32,6% del total. La mayor parte se concentran en Pamplona y Comarca, con un 59,3%. Y casi el 25% de las personas con discapacidad tienen reconocida también la dependencia.
Innovador estudio sobre pobreza y personas con discapacidad
De forma innovadora también se han calculado por primera vez las tasas de pobreza para el colectivo con discapacidad y se han comparado con las del resto de la población.
En general, las personas con discapacidad sufren mayores tasas de pobreza si las desagregamos por edad. Las diferencias son reseñables a lo largo de los diferentes tramos de edad y es mayor la probabilidad de sufrir pobreza para las personas con discapacidad que para el resto de la población, al menos hasta los 65 años. A partir de esa edad, la pobreza severa de personas con discapacidad tiene una menor tasa: un 3,8% frente al 4,5% de la población sin discapacidad, fundamentalmente gracias a la protección de las políticas de pensiones y de atención a la dependencia y discapacidad, como se veía en un reciente informe sobre la dependencia en Navarra.
Por otra parte, cabe señalar que la renta garantizada está cubriendo un importante papel en mitigar la pobreza severa de las personas con discapacidad. Así, del total de personas con discapacidad entre 16 y 64 años, el 9,5% (1.609 personas) fueron beneficiarias de renta garantizada en 2020. El peso de la discapacidad en la renta garantizada es sintomáticamente superior al que tiene en el conjunto de la población potencialmente activa, un 6%, por lo que se puede afirmar que esta prestación tiene una cobertura a personas con discapacidad un 60% superior a la de la población en general.
27% de desempleo en el colectivo frente al 12.2% entre la población sin discapacidad
Uno de los principales retos para la población con discapacidad es su inactividad laboral: el porcentaje de la población activa con discapacidad no llega al 40%, mientras que para la población sin discapacidad se sitúa en el 80%.
Este alejamiento dificulta la posibilidad de acceder a un empleo. Todo ello deriva en una brecha salarial que supone que la media de salario entre las personas sin discapacidad represente hasta 36 puntos porcentuales más que la media entre la población con discapacidad.
La incidencia del desempleo en el colectivo con discapacidad es también alta: el 27%, mientras que entre la población sin discapacidad se reduce hasta el 12,2%. Además, esta tasa aumentó respecto a 2019, por lo que se evidencia que la pandemia ha afectado más a las personas con discapacidad.
Un innovador análisis entre los datos de desempleo y discapacidad muestra que muchas personas desempleadas con discapacidad no se registran como tales en el Servicio Público de Empleo, concretamente tres de cada diez. El informe entiende que esta situación puede explicarse por el estigma asociado a la condición de discapacidad y el miedo a una posible discriminación laboral. Esta situación tiene mayor incidencia entre personas con un menor nivel de estudios y más de 54 años.
Para finalizar, la consejera Maeztu ha destacado el compromiso del Gobierno de Navarra con las políticas de discapacidad. “Paralelamente al incremento de servicios ha sido necesario un importante crecimiento en la inversión pública cercano al 30%”, ha destacado.
Igualmente, y como principales retos, Maeztu ha destacado “la necesidad de seguir impulsando el Plan de Discapacidad de Navarra y la ley de accesibilidad universal, con especial incidencia en aspectos como el empleo de las personas con discapacidad, la lucha contra la pobreza y el cambio en el modelo de atención hacia uno que procure la desinstitucionalización y la Atención Centrada en la Persona”, ha concluido.